De como fuí la última en descubrir que era bi.


  He escrito cientos de post entre unos blogs y otros: Críticas, reseñas, post informativos, sátiras o incluso poesía y narraciones, pero sin duda este es la entrada más personal. 
 Para ser sincera lo escribí a modo de diario, pero creo que en cierto modo "salir del armario" puede ayudar a aquellos que por unas razones u otras lo tienen mucho más complicado que yo. 
 Para empezar, y contando con que muchos no me conocéis, me presentaré: Me llamo María, aunque son pocxs lxs que me llaman así. Nací, crecí y he vivido casi toda mi vida en Ciudad Real, tengo 23 años y un prolífico expediente académico. Por definición soy inconformista, rebelde y curiosa, si algo me llama la atención tengo que probarlo (ya vais entendiendo por donde va la cosa). En cuanto a mi familia, normal, lo que se dice normal, no es, aunque a simple vista pueda parecerlo. Mi madre, mucho más progresista que mi padre, en todos los ámbitos, nos ha inculcado a mi hermana y a mi, la libertad como máxima en la vida: Libertad para elegir en que creer, que estudiar, que hobbies tener, en como vivir nuestra vida más allá de lo que los demás puedan pensar y sobre todo en quien amar: "Me da lo mismo a quien elijas, pero cuando lo hagas asegúrate de que ante todo te quiere y te respeta" Así pues, he crecido teniendo como pilares básicos en cualquier relación, sea del tipo que sea, el respeto, la igualdad, la fidelidad y la comunicación, todas dependientes de todas. Es por esta razón que cuando empece a dudar, (YO = Hetera redomada de toda la vida) decidí hablarlo con la persona del mundo con la que más confianza tengo, mi hermana. Llevaba un par de meses con la duda, venga darle vueltas al asunto, hasta que un día se lo solté de repente mientras dábamos un paseo...:
 "B, creo que me he dado cuenta de que también me gustan las tías."
 La reacción que yo me esperaba no era ni mucho menos la que tuvo. (Como ya he dicho suponía que contaba con su aceptación, aunque eso no quita que me sintiera más o menos insegura). Total, que conforme se lo dije se giró, con su mejor cara de escepticismo, ceja alzada incluida, y me dijo: "¿De verdad, María? ¿Ahora te das cuenta?" Y empezó a relatarme una lista enorme de personas de su entorno que en un momento dado del pasado le habían preguntado por mi bisexualidad. Es decir, yo llevaba un par de meses dudando cuando había gente que años atrás ya lo daba por hecho...Casi se me disloca la mandíbula de la sorpresa. 
 Siguiente prueba de que vivo en la inopia. Unos meses más adelante estábamos comiendo las tres juntitas, yo con mi identidad ya definida, cuando mi hermana decidió hacer uno de sus innumerables chistes de bolleras, tras una mirada de esas que de soltar rayos la habrían convertido en un plato de lasaña, contuve el aliento esperando que Mama Osa hubiera pasado por alto el comentario (más que nada porque yo no sabía en ese momento hasta que punto era mi madre progre) cuando sentí su mano en el hombro y me giré para mirarla con la misma cara con la que llegaba a casa después de que me dieran las notas en el instituto y me había quedado alguna (Sí, esa cara). Yo preocupadísima por su reacción y resulta que la tía se estaba partiendo la caja: "Cariño, ya era hora de que te dieras cuenta. Creo que has sido la última en enterarte". En ese momento me debatía entre la indignación y la tranquilidad. Meses y meses de comerme el tarro pensando en cual sería su reacción cuando lo descubriera y resulta que no tenía ni que decírselo porque ella ya lo sabía... Lo que me llevo a pensar en lo sumamente afortunada que soy de tener una familia que me comprende, me apoya y respeta mis decisiones.

Desde ese momento, una vez destapado el bote, solo tengo que soportar de vez en cuando chistes con las comidas del estilo "Para B los pepinos y las zanahorias, para María...mejor las alcachofas y los nabos, que ya sabemos que tu dieta es más variada"
  
Y así es mi vida, otro día os contaré más experiencias en otros ámbitos sociales. Feliz vida y Feliz Orgullo!!

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